miércoles, 11 de mayo de 2011

Una pequeña gota en un río inmenso de personas

Hacía mucho que no me sentía tan orgullosa, tan emocionada, tan conmovida, tan pequeña y al mismo tan parte de un todo como el domingo pasado en la Marcha Nacional. Sólo recuerdo dos momentos anteriores igual de "sacudidores"

El primero fue cuando de niña tuvimos que bajar del autobús porque Av. Insurgentes estaba cerrado por una marcha que conmemoraba el 2 de octubre del 68. Cuando mi mamá me tomó de la mano y ví pasar mucha/os jóvenes con velas y en silencio le pregunté que había pasado y ahí fue la primera vez que supe de esa masacre a estudiantes, que ese día mi mamá no fue a trabajar por el rumbo de Tlatelolco porque se sentía cansada y estaba embarazada de mi... "no hubieras nacido" me dijo. ¿Pero y la gente? pregunté y mi mamá dijo algo así como el miedo y si habían hecho eso, qué más se podía esperar...


El segundo fue cuando era una adolescente recién entrada a la prepa y vivimos el terremoto del 85, contra los deseos de mi madre al segundo día me fuí de voluntaria; llegué y sólo pedí que me pusieran dónde más hiciera falta menos en el rescate o con heridos porque veo sangre y bueno... me da el soponcio completo. Ahí estuve más de dos meses y terminė integrada a un pequeño grupo de jóvenes que trasladaban víveres y agua, después de pasar por una carpa donde daba informes a familiares que buscaban a sus seres queridos y ser la secre de un cuate que coordinaba las brigadas de jóvenes en la calle de Serapio Rendón.

Yo digo que crecí mucho más en esos meses que en cualquier otro espacio o experiencia para una chica. Recuerdo el olor a muerte, el llanto de familiares, esa especie de solidaridad que se respiraba aún enmedio de una calle desconocida y de noche, ese hermanaje con tus compañero/as de jornada y el sentirse orgullosa de este país que en la tragedia se une y se da completito.

La marcha del domingo se une a mis recuerdos de una forma igual, cambiando algo en mi persona... aunque aún la emoción no me de para procesarlo aún del todo y poder resumir y concretar en lo personal y mi responsabilidad como ciudadana


Igual marché 20 km junto con mi familia tuitera del @ContingenteMX, (alguna/os presentes caminando y otra/os en sus estados o hasta ciudades de otro país, aportando material, tiempo para hacer mantas y carteles, dando ánimos y difundiendo...) igual que las personas en la marcha: lo mismo caminaron acompañando a familiares de víctimas, tantas víctimas que conmovía escucharles, que dolía darse cuenta que no son cifras porque si nos damos un tiempo tienen un nombre y una historia...
Una madre, un amigo, un hermano con una foto de su ser querido que adquiría mayor presencia conforme decían su nombre, compartían su historia, su secuestro, su asesinato, el dolor de su ausencia y la indignación de una justicia que no llega... víctimas a cada paso... y pensaba en mi má caminando por algúno de sus hijos, por uno de sus nietos "hubiera sido yo" también pensé... porque al igual que en el 85 cualquiera puede ser la víctima... nadie puede sentirse a salvo del crímen organizado, de ser un "daño colateral" de esta guerra que nunca pedimos y que está tan mal planteada.

Como en el 68 quieren inculcarnos el miedo que paraliza y humillados veamos sin discutir el circo de una olimpiada, ahora en una telenovela, suplicando la visita de un Papa, lo que sea pero... ¡que hagan como si nada hubiera pasado pues!!

Como en el 85 quieren que sean las personas quienes se hagan cargo del rescate mientras el Gobierno permanece pasmado sin saber que hacer. Pero temerosos quieren que no tomemos conciencia como lo hicimos usando el voto y la conciencia de ser capaces de cambiar

Querran quitarnos hasta las palabras la clase política, como lo hicieron para campañas que sólo buscan el poder por el poder... como arrebataron la palabra "Solidaridad" como enmugrecieron las palabra "Cambio" y "Esperanza"... pienso que 40 mil muertos con nombre, historias, familias y tanto dolor no se lo merecen... No es de partidos que parten el País de todos...

Yo creo que hay que estar defendiendo cada uno de esos pasos, de esas lágrimas que dimos el domingo. Porque lo que nos está arrebatando vidas no es una tragedia natural como un terremoto, porque no podemos permitir que hermanos se maten entre hermanos bajo el pretexto de la seguridad y la indiferencia, mientras una señora que se dice "maestra" tenga secuestrada la educación, mientras secretarios estén más ocupados en autocandidatearse que en verificar minas. Mientras un Presidente proteja a sus amigos y familiares cuando su ambición y negligencia permite que 49 bebés mueran en GuarderiaABC, mientras legisladores intercambien leyes para ser los mismos siempre lejos del País que dicen construir y tengan paralizadas reformas, se repartan nombramientos para someter instituciones autónomas como el IFE, la SCJN, la CNDH...

El momento que recordaré toda mi vida, será cuando pasando Viaducto sobre Eje Central, ya cansada y bajo el rayo del sol pude ver en ese montecito que hace el puente un río de personas hasta donde me alcanzaba la vista... y miré detrás y hasta donde podía ver igual un río.... me sentí como una gota de agua , pequeña, muy pequeña pero parte de esa DIGNIDAD con la que caminaban miles de personas solidarizándose, acompañando, combatiendo el olvido.

Recordaré siempre ese río, y las lágrimas emocionadas de toda/os... pero lo que tendré que obligarme a recordar para no callar nunca es esa fugaz pregunta ¿y si nos han mentido siempre? Porque el domingo no estábamos aislado/as ni fragmentada/os. Había familias repartiendo comida, agua, naranjas, compartiendo ánimos y escucha durante la caminata, cada uno/a en lo que podía y estaba a su alcance...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi cariño y admiración por ti y esperanza para todos nosotros.

Margarita Nava dijo...

No había visto el comentario. Muchas gracias y sí esperanza para todas y todos.. :(. Saludos