Hoy es se celebra
el día de los Derechos Humanos, y hoy se dio a conocer la muerte de un hombre
dedicado a la cultura y eso siempre será lamentable.
Hoy conmemoramos el
sueño colectivo que hace 68 años frente al horror evidente del Holocausto donde
se intentó exterminar a personas y su cultura que es nuestra. Después de la II
Guerra Mundial (y la derrota momentánea y nunca total porque siempre habrá
quien quiera revivir el horror…) después del horror nazi, se sentaron a
redactar lo que hoy se conoce como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, una carta dirigida a la humanidad entera. El artículo 27 de esa Carta se refiere a la Cultura como un Derecho Humano.
Siempre hace
falta comer, el agua, un techo y un abrigo. Si estamos enfermos se precisa
urgentemente aliviar nuestras dolencias, si no estamos a gusto con quien toma
decisiones buscamos a quien mejor nos represente o a quien seguir para cumplir
en colectivo nuestras necesidades básicas.
Estas necesidades cuando no se cumplen satisfactoriamente es fácil
notarlas. Cuando estamos hambrientos nos chillan las tripas, a la intemperie
tenemos frío, calor… tener sed, sueño, una herida… Si estamos enojados contra
un gobierno o persona en específico lo notamos, la rabia el ceño fruncido, la
tripa hecha nudo nos avisa, nos reclama a movernos.
Hay otras
necesidades que son mucho más sutiles para hacerse espacio y/o para expresar su
falta. Amamos, muy a pesar nuestro o buscándolo desesperadamente, amamos a una
persona, a muchas, amamos lo que nos conmueve y nuestros sentidos lo perciben aún
sin darnos cuenta. Amamos bailar, cantar, ver, escuchar, sentir… porque es como
notamos que no sólo sobrevivimos, también vivimos y disfrutamos. Amamos a veces
hasta nuestro dolor.
Amamos la
cultura, las culturas y sus diferentes manifestaciones. No importa si está
lleva lentejuelas o trajes de seda y lana inglesa. Y si nos hace falta lo que
amamos nos sentimos tristes o sin ganas. No nos chillan las tripas, no nos
enciende el fuego las entrañas (aunque a veces sí) y no sabemos el motivo.
Amamos hasta cuando no nos damos cuenta. Y si ese sentimiento nos hace falta
comenzamos a morir de a poco, aunque sigamos respirando y comamos y nos vean
movernos. Morimos, muere nuestra alma, muere el espíritu que nos alienta a
buscar una vida mejor y luchar por ella. Se nos muere el corazón aunque siga
latiendo y nadie lo note.
Sucede que si
morimos físicamente aquello que hemos creado mientras amábamos sigue
perdurando. Como perduran esas pinturas rupestres, la música y los cantos, las
esculturas, la danza, la pintura, el teatro, los libros, las artes pues… porque
alguien lo hizo, porque alguien se conmovia con alguna de estas expresiones de
lo que amamos. La cultura es eso: amor
La Cultura es un
derecho humano y hoy murió un hombre culto y dedicado a la cultura. Podrá ser cuestionable
desde dónde lo hizo, podrá ser motivo de cierto resentimiento que tuviera sus
necesidades básicas ya aseguradas como para dedicarse a la cultura. Pero era un
hombre culto y amaba la cultura y todas sus manifestaciones a todos los
niveles. Y eso duele y lamentamos la mayor parte de quienes nos dedicamos a
expresar o crear amor desde donde podemos o queremos.
Descanse en paz
Rafael Tovar y de Teresa. Que viva por siempre el deseo que todas y todos
vivamos y disfrutemos los derechos humanos, los individuales, los colectivos,
los del mundo que incluyen medio ambiente y todos los seres vivos porque todo
está interconectado.
No matamos al
otro/a nos matamos a nosotrxs mismxs si intentamos limitar la dignidad que
todxs nos merecemos por estar vivxs y por amar. No morimos si alguien nos
recuerda, si algo que amábamos permanece…
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