"Rosa es una rosa es una rosa es una rosa"
Gertrude Stein
Flores, resulta que me gusta que me regalen flores pero no
las rosas. Aunque pocas veces me han regalado ramos de flores… tres o cuatro y
al menos dos hayan sido por culpabilidad de quien las regalaba, una por
compromiso y la otra para comprobar que si habían margaritas de colores.
No sé si me gusten las rosas rojas, la rosas seguro no y las
amarillas tienen a su favor que me recuerdan a un ser querido pero más por el
color. Me gustan las flores con nombres raros y quizá más por eso que por su
apariencia: astromelias y gerberas. Me gustan las margaritas aunque me gustan
más las que tienen colores fuertes y no tanto las blancas y me gustan los
girasoles. Me gustan las flores chiquitas y sobre todo las de cactus, las de la
jacaranda y la bugambilia.
Con las rosas hay una relación familiar. Mi papá llegaba de
repente con una rosa no de vivero, de un rosal que las hace más grandes, no tan
derechitas ni estilizadas. Recuerdo que llegaba y decía, nos decía a sus hijxs:
-Estas rosas son del rosal que plantamos tu mamá y yo.
Mi mamá las recibía sin mucha emoción aparente. La historia
familiar dice que lo sembraron cuando aún eran amigos en el trabajo donde se
conocieron y no pensaron que tendrían una vida juntos y además de ese rosal
tendrían cinco hijos de los cuales, los dos primeros morirían bebés. Mis padres
eran de esa generación donde se hacían grandes sacrificios “por amor” pero no
se mostraban amorosos ante sus hijos. De hecho la única imagen que tengo de
ellos dos cariñosos fue cuando regrese corriendo en el parque hacia donde ellos
estaban por algo y mi papá tenía recostada su cabeza en el regazo de mi mamá,
que le sonreía mientras le acariciaba el cabello, se separaron en cuanto me vieron. Pero de cierta forma esas
rosas las asocio a su relación. En el patio de la casa de mi papá, años después
tenía un rosal “hijo” de esas rosas… Igual decía:
-Este rosal es hijo de aquel que sembramos tu mamá y yo.
Mi mamá años después en su jardín tiene rosales. No son
hijos de aquel ni repite la historia, pero los cuida con especial atención y
sus rosas las coloca en su altar.
“- Es el tiempo que he perdido en mi rosa...
– dijo el principito a fin de recordarlo.”
Antoine de Saint-Exupéry
Mi casera tiene un jardín que cuida con esa necia
resistencia que tienen los mayores por conservar espacios antiguos, improbables
en plena ciudad monstruo… y tiene dos rosales.
Veo hace días rosales que tiene años, en plena ciudad, en
pleno caos… en Av Insurgentes y Felix Cuevas, la tienda departamental ha tenido
cambios con el tiempo pero afortunadamente conserva esos rosales… Les veo y me
siento a observarlos. Algunas rendidas han tirado sus pétalos. Otras siguen con
ese minidesorden que no tienen las de los viveros… una torcida aquí, un enredo
allá, espinas e irregularidades como parte del paquete. Son lindas así y
recuerdo a la rosa del principito, tan temeraria con sus espinitas, tan
vanidosa, tan única por el tiempo que le han dado, que han perdido en ella.
“La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto…”
Borges
¿Qué será de ese rosal que sembraron mi padres? …y yo no he
sembrado un rosal ni sola ni acompañada. Y no sé si me gusten las rosas, aunque
me gusten las flores, que me regalen ramos sin necesidad de pedir perdón y me
gusten los nombres de astromelias y gerberas y las que me nombran si son de
colores fuertes más que las blancas y las de los cactus y las jacarandás y
bugambilia.
A ustedes ¿Qué flores les gustan?
No hay comentarios:
Publicar un comentario