miércoles, 2 de febrero de 2011

Mes de luto por Marisela Escobedo...silencios insumisos

Hoy se cumple el plazo de un mes para encender veladoras y mantener un minuto de silencio diario a la memoria de Marisela Escobedo frente a la representación del gobierno de Chihuahua (Río Pánuco 108).



¿Porqué por ella, habiendo más de 30 mil asesinados en este país? ¿Porqué las veladoras, los minutos de silencio, las cruces rosas, las cartulinas, porqué durante un mes?

El 16 de diciembre pasado, tod@s vimos la culminación de una ejecución anunciada. Ante nuestros ojos pasaron las escenas de una mujer que había comenzado a morir dos años antes cuando le mataron a su hija Rubí Marisol.

Marisela Escobedo, como tantas otras mujeres sacó fuerza del dolor para exigir justicia. Se volvió activista y comenzó a enfrentar un sistema de justicia que dejó libre al asesino confeso. Su grito sigue resonando por esos sitios donde dicen que las autoridades gobiernan, legislan e imparten justicia por tod@s nosotr@s. Su grito camina calles y a su grito se suman voces todos los días.

Activistas y personas dolidas comenzaron a colocar veladoras en el lugar donde la ejecutaron. El gobierno del estado se sintió incómodo de esos gritos transformados en luces y mando retirarlas... asi siguieron los días: el gobierno retirándolas y las personas comunes y corrientes a colocarlas otra vez.

Por twitter comenzaron a replicar esa espontánea forma de manifestarse frente a la vergüenza de un gobierno que se ha mostrado más que incapaz ante esos gritos de luz. El ContingenteMX un grupo de activistas por los derechos humanos se sumó y como una forma de solidaridad resolvió hacer lo mismo frente a la representación del gobierno de Chihuahua.

Desde el 3 de enero comenzamos diariamente, durante un mes, una guardia a las 12:00hrs. Hubo una cruz rosa a la que se fueron sumando cartulinas, otras cruces rosas y flores. No siempre se presentan las mismas personas, pero a lo largo de 31 días me han tocado días conmovedores, como ver un hombre (que es un inteligente académico irónico y a veces algo irritante) llegar más de una vez solito en una bicicleta con una rosa y una veladora, así sin muchos aspavientos, a una señora de 70 años sumarse al minuto de silencio y rezar en voz muy bajita por esa madre, a una reconocida defensora de derechos humanos con un arreglo floral para hacer guardia, a un jóven que está por terminar su tesis y como cascabel recopila las fotos y las notas que dan cuenta del acto diario, a una mamá que antes de ir a la fiesta de sus hijos van en familia; a mujeres y hombres muy jóvenes, a un león marino que asiste cuando se aleja de su isla, a un hombre alto y delgado que me recuerda siempre que las víctimas no son cifras y cuando les nombra su voz es como ese grito que se vuelve luz...a dos que se escaparon de sus oficinas para acompañar un rato, a ese bebé de 3 meses con su mirada clara el día quelo llevaron cuando H.I.J.O.S México sumó a ese acto las fotos de muchas personas en muchos países con una cruz en memoria de Marisela Escobedo, o a una maestra con las cruces hechas por niñ@s de la primaria Ignacio Manuel Altamirano en el Estado de México en la que participó toda la comunidad educativa: madres, alumn@s y personal docente.

El grito transformado en luz de veladoras se volvió y multiplicó en personas con un rostro y voces que saben gritar pidiendo justicia, rescatar de los números, los nombres de otras personas, quitándole al olvido las vidas arrebatadas.

Y también hubo pocos días, de frustración y desesperanza extrema, como cuando llegamos a nuestra guardia con una cruz que decía #niunamás y enterarnos más tarde del asesinato de la autora de esa frase allá en Cd Juárez: la activista y poeta Susana Chávez.

Un día llegué y no había nadie, el guardia de la representación, los orejas del Gobernación y del GDF eran más ahí enfrente anotando en sus libretas y ocultando sus identificaciones, y me sentí un poco sola limpiando las hojas y el resto de cera... acomodando las cruces y colocando el número que acumulaba los días. Y ahí solita guardando el minuto de silencio pero sin dejar de honrar la memoria de las mujeres que nos convocaban, me sentí mucho mejor que el gobernador de Chihuahua, que el Presidente del país, que los legisladores y su gran incompetencia, que los jueces y ministerios públicos, porque ese día yo si estaba haciendo a lo que me comprometí sin renunciar... y entonces por ahí llego una compañera que se había escapado de su trabajo y sólo había llegado un poco tarde... y unos minutos después otra amiga... era el grito ese que se convirtió en luz de veladora, que se transformó en rostro y voz de personas que sólo llegaba un poquito tarde.

Hoy sumamos 31 minutos de silencios insumisos. Porque cada minuto de silencio diario nos ha costado mucho más que ese grito depositado en nuestros corazones. Es un minuto de silencio en honor y a la memoria de las víctimas, porque durante los siguientes 1439 minutos de cada uno de los 31 días que duró este mes los hemos ocupado en exigir a las autoridades cumplan y hagan valer la justicia a la que se comprometieron.

Y seguirán multiplicándose esos rostros, esas luces, esos insumisos minutos de silencio, esos pases de lista enrabiados (... y ojalá ya no más nombres) hasta que esos gritos se vuelvan memoria viva, la luz en paz activa, las sonrisas de niñas y niños como Camilo, y los rostros solidarios en mirada transparente de las madres, las hermanas, las hijas y nietas de esas mujeres que hoy nos hacen tanta falta...

¡¡Ni una más!!

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